Sacar más partido a mi aprendizaje mejorará mis posibilidades laborales.
Reprograma tu cerebro para que te reconozcan como un activo de gran valor.
Todos queremos aprobar nuestra carrera con el mínimo esfuerzo y los mejores resultados. Pero también es cierto que conocemos a muchas personas con carrara que nos aseguran ser incapaces de ejercer de lo que estudiaron.
Los tiempos han cambiado; Nuestros padres estudiaron una carrera y veinte años después nos comentan que su tiempo de aprendizaje ya pasó y que su carrera y máster le abalan una buena formación. Pero hoy en día si te acercas a una empresa competitiva que puede impulsarte profesionalmente te exigirá mucho más.
La formación acompaña al profesional durante toda su trayectoria profesional. Encontrarse en constante formación es la forma de ser competitivo y estar actualizado. La tecnología y la ciencia hacen que el profesional recién llegado sea una dura competencia para el que lleva en el puesto 10 años y no se ha seguido formando. Esta inquietud constante se nos exige a los profesionales a nivel empresarial.
El proceso de aprendizaje es tan importante porque supone afianzar nuestros conocimientos para que sea una herramienta útil para alcanzar nuestras etapas profesionales. Memorizar para un examen y después olvidar la materia nos garantiza el fracaso profesional.
Entonces ¿cómo puedo aprender mejor para ser un candidato ideal para cualquier entidad?
Si cogemos un libro de texto de nuestra infancia y repasamos temas que estudiamos en su día, es más que probable que lo hayamos olvidado. Solo recordaremos lo que seamos capaces de encontrar utilidad práctica. El cerebro es así, y así nos lo hace saber el psiquiatra estadounidense William Glasser.
Según la teoría de William Glasser:
El 95% de lo que aprendemos lo conservamos cuando enseñamos a otros. Esta es la mayor fuente de aprendizaje. Estamos acostumbrados que en muchos concursos televisivos donde se realizan preguntas de conocimiento los profesores/as sean las estrellas. Ellos son una fuente de conocimiento permanente llevado a la práctica.
80% es el porcentaje que somos capaces de retener cuando ejecutamos ese conocimiento. La repetición de acciones que ponen en uso ese conocimiento nos facilita la asimilación.
El 70% del conocimiento lo retenemos al discutirlo con otras personas. La conversación, el intercambio de ideas, la reflexión, es una estupenda herramienta para el aprendizaje.
50% es lo que asimilamos de conocimiento de lo que vemos y oímos. Ya empezamos a reconocer nuestra forma de aprender en las aulas. Resulta que es una herramienta poco eficaz y muy utilizada en nuestra formación.
30% destinada a lo que vemos sin más estímulos. Se trata de una forma poco productiva de aprendizaje por sí sola.
20% de efectividad para lo que solo oímos. La palabra es poco estimulante para nuestro cerebro a la hora de aprender si no se acompaña de otros estímulos.
Finalmente, el 10% de aprendizaje para la peor opción y la que más utilizamos en la formación: La lectura.
Esto quiere decir que tú tienes que intervenir para mejorar tu formación. Procura organizar grupos de trabajo entre tus compañeras de la residencia universitaria. Intenta compaginar herramientas de formación que complementen tu aprendizaje. No te conformes con aprobar tu carrera; esto nunca debe ser una meta para ti.
Plantéate salir preparada para ser un activo de valor en la empresa que te contrate o para impulsar tu propio emprendimiento.